Una de las cosas que convierten a la guitarra en un instrumento especial es que la mayoría de los que la tocan son autodidactas.
La excepción son los guitarristas clásicos, que suelen trabajar con un maestro y seguir cursos de teoría musical. Pero la mayoría de los guitarristas de rock y de folk han ido aprendiendo sobre la marcha, tratando de copiar canciones de los discos e intercambiando acordes con sus amigos.
Algunos de los guitarristas más influyentes e innovadores del mundo son autodidactas, y muchos de ellos emplean técnicas que no son convencionales, pero que resultan muy efectivas.
Un principiante absoluto puede coger una guitarra y producir en poco tiempo algo que suene a música. Esto, junto con su adaptabilidad a tantos estilos diferentes, es lo que hace que la guitarra sea un instrumento tan popular.
Todo lo que hace falta para empezar es entusiasmo. Lo que toques y donde lo aprendas es cosa tuya. Lo único importante es empezar a tocar.
“Yo tocaba siempre que podía poner las manos en una guitarra eléctrica; trataba de prender riffs de rock’n’roll y bluses eléctricos: las últimas cosas de Muddy Waters. Me pasaba horas y horas con la misma frase, volviendo atrás una y otra vez”
Keith Richards
¿Cómo empezar a tocar la guitarra?
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Lo primero es conseguir una guitarra decente. En principio no importa si las cuerdas son de nylon o de acero, ni si es eléctrica o acústica. Lo que importa es que se pueda tocar con ella. Las guitarras baratas resultan muchas veces antieconómicas.
Si no están bien hechas, si las cuerdas están muy altas o muy duras, si el mástil está torcido, si los trastes no son precisos, o si la entonación es inadecuada; hasta un guitarrista experto se verá en apuros.
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Probablemente son más los principiantes que se desaniman por haber intentado aprender a tocar con una mala guitarra que por ningún otro factor.
Conviene comprar la mejor guitarra que uno pueda permitirse, y comprobar que está en perfectas condiciones.
Ver selección de guitarras baratas desde 72€Aprende a afinar la guitarra
Lo siguiente más importante es la afinación. Las guitarras se desafinan constantemente, en especial si las cuerdas son nuevas, si la temperatura cambia, si se caen o se golpean, y si se tocan muy fuerte. Hay que aprender a afinar, que no es tan difícil como parece a primera vista.
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Aprende los acordes básicos
Conviene empezar con acordes abiertos sencillos. Hay que concentrarse en ellos hasta que se puedan hacer sin pensar, asegurándose de que se pisan las cuerdas correctamente de manera que cada nota individual suene con claridad antes de pasar a desarrollar velocidad y precisión.
A estas alturas el principiante empieza a investigar lo que sucede cuando se combinan estos acordes de diferentes maneras.
Hay que experimentar con diferentes técnicas de la mano derecha. Tocar con y sin púa. Dejar vibrar las cuerdas al tocar acordes, para ver lo que sucede cuando se las hace parar con la mano izquierda o con la derecha. Al rasguear, fijarse en los diferentes efectos producidos al tocar hacia arriba o hacia abajo.
Los acordes de cejilla son el siguiente paso, y su dominio significa disponer instantáneamente de muchos más acordes, hasta poder controlar todo el trastero.
La importancia de practicar
Aprender a tocar la guitarra es un proceso de adquirir instinto, de desarrollar la necesaria habilidad motora, o lo que a veces se le llama “memoria en los dedos”. Y el único modo de conseguirlo es practicando: repitiendo la misma cosa una y otra vez hasta que se convierte en automática.
Sin embargo, esto puede hacer pensar que practicar es un trabajo duro y monótono, cuando no tiene por que ser así.
Hay tantos modos distintos de practicar como guitarristas. Algunos practican con regularidad a horas fijas; otros sólo cogen la guitarra cuando se sienten inclinados a ello.
El único consejo que puede darse es que hay que tocar todo lo que se pueda solo o acompañado por otros músicos. Hay que pensar en lo que se hace y escuchar cómo suena.
Conviene detenerse cuando uno empieza a aburrirse o cuando tocar se convierte en una tarea. Siempre vale la pena dedicar algún tiempo a estudiar escalas, acordes y armonía.
